PARA MEDITAR
Cuando Buda entró en la capital del rey Pransanjit, el propio rey en persona salió a recibirlo. Había sido amigo de Buda y había oído hablar del tremendo espíritu de renuncia del muchacho. De modo que intentó persuadir a Buda de que renunciara a su vida de mendigo errante y regresara a palacio, pensando que con ello estaba prestando un gran servicio a su viejo amigo.
Buda se quedó mirando a los ojos de Pransanjit y dijo: "Respóndeme sinceramente: a pesar de toda tu aparente alegría, ¿te ha dado tu reino un solo día de felicidad?"
Pransanjit bajó su mirada y permaneció mudo.
MNo hay mayor alegría que no tener motivo de tristeza; no hay mayor riqueza que contentarse con lo que uno tiene.
Buda se quedó mirando a los ojos de Pransanjit y dijo: "Respóndeme sinceramente: a pesar de toda tu aparente alegría, ¿te ha dado tu reino un solo día de felicidad?"
Pransanjit bajó su mirada y permaneció mudo.
MNo hay mayor alegría que no tener motivo de tristeza; no hay mayor riqueza que contentarse con lo que uno tiene.
1 comentario
Raquel -
Puedes añadir una descripción haciendo click en "Añadir bitácora".
Gracias :)